Si usted está entrando en una relación de tutoría, es probable que esté ansioso por ir «soñando» con todas las cosas buenas que resultarán. Si bien es importante centrarse en lo positivo, también debe ser consciente de los peligros potenciales, estas son 4 cosas que deben evitarse.

1.- Lo de siempre

Cuando se reúnen cada semana o cada dos semanas durante 9 a 12 meses (la duración típica de una relación formal de tutoría), es fácil que la complacencia se establezca y la relación se sienta rutinaria. Si bien la estructura es esencial para una relación efectiva, se quiere evitar ese simplemente «enviarlo por correo.» A veces un simple cambio de escenario es todo lo que necesita para una nueva perspectiva.

2.- El pensamiento grupal

El pensamiento de grupo se produce cuando los miembros de un grupo (incluso un grupo de dos) se llevan tan bien, o son tan educados entre sí que nadie quiere estar en desacuerdo. Una relación de tutoría eficaz es aquella que desafía, investiga, debates, y empuja (en ambas direcciones, no sólo el mentor de aprendiz). En otras palabras, si todos están de acuerdo, ¿de dónde vendrá el crecimiento? Claro, los mentores y los aprendices pueden describir su experiencia como «agradable», ¿pero no le gustaría tener una relación que sea de «transformación» en lugar de una que es más que agradable? Si ha contestado que «sí», entonces es mejor evitar pensar en grupo.

3.- Mantener al director del programa fuera de las sesiones

Cuando un mentor y el aprendiz se conectan, es una cosa maravillosa. Pero no importa lo bien que va la relación, nunca se debe dejar de informar al director del programa de tutoría. El director del programa está ahí para todo, si su relación tiene algún bache en el camino, será mucho más fácil para él ayudarle al mentor y al aprendiz.

4.- Pedir favores especiales

MentoringUna relación de mentoría, cuando se hace bien, es un lugar seguro y productivo, donde mentores y aprendiz trabajen juntos para lograr objetivos comunes que fomenten el desarrollo profesional y personal del aprendiz. Esto requiere el apoyo y la visión del maestro, y, en ocasiones, la ayuda específica, pero el aprendiz es quien hace el trabajo pesado. En el curso de una relación de 9 a 12 meses, mentores y aprendices aprenden mucho el uno del otro y crecen cerca, o por lo menos, más cerca. Ni el aprendiz ni el mentor deben tomar ventaja de esta estrecha relación pidiendo favores especiales.

El mentor no debe pedir a su aprendiz que lo apoyo en alguna situación dentro de la empresa, aunque la solicitud puede parecer bastante inocente, pero pidiendo este favor especial desplaza el equilibrio de poder. Esto pone al aprendiz en una situación difícil. ¿Qué pasa si el aprendiz no se siente cómodo haciendo dicha petición, pero se siente obligado a hacerlo? Lo mejor es no mantener favores entre ellos. Recuerde, una relación de tutoría es como cualquier otro tipo de relación con bases claras. Se tendrá tiempos buenos y tiempos muertos, tiempos de tranquilos y tiempos «fuertes». Abrazar lo positivo, mantener un ojo hacia fuera para las cosas que deben evitarse, y disfrutar este suceso.


Fuente: ATD