1. Empezar con los supervisores, que rindan cuentas de los comportamientos deseados y los resultados asociados.

2. Controlar a los líderes para que generen confianza, y apoyen las políticas y decisiones de la compañía.

3. Determinar si los líderes son los suficientemente valientes como para contratar mejores empleados.

4. Animar a los líderes a entrenar a los mejores empleados, para que lo hagan aún mejor.

5. Identificar de manera temprana el bajo rendimiento, para entrenarlos y despedirlos cuando sea necesario.

6. Controlar a los empleados que interrumpen al equipo, o a aquellos que hacen que otros se sientan incómodos o que sabotean el trabajo.

7. Entrenar a los supervisores en la realización de entrevistas periódicas con sus equipos para aumentar la participación.

8. Pedir a los supervisores que pronostiquen niveles de participación para sus equipos.

9. Monitorear la rotación de empleados y las transferencias entre empresas.

10. Estar disponible para empleados de niveles de abajo. Llámelos por su nombre, forme relaciones con ellos, encuentre maneras de trabajar en las tareas con ellos y esté disponible.